lunes, 22 de junio de 2009


MARISA LEÓN

*
A TI, INAUDITO ENSAYO

Las frondes de tu palabra
rizan, detienen al viento

todo permanece quieto
esperando la inquietud
la conjura de tu benevolencia.

Oteando entre las estrellas marinas
y los pliegues del mar
de un mayo ermitaño.
De repente
se abre el novel apunte
de tu primer verso.

Se descubre la flor a la curiosidad
actor y público de tu jardín de vocales

¡las paredes tiemblan ante tu risa!
Silba peregrino ante la muerte del silencio

por el pecado
o la gracia,
de saberte desnudo.



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mayo malaquita y nomeolvides.


Marisa León

*****

SOY LA VOZ DEL TIEMPO

Soy la voz del tiempo
y del tiempo soy mudez
y del clamor soy la voz rebelde
y de las cadenas soy la voz que hace enloquecer
y soy la voz del viento y del tributo

soy la voz del misterio.

Soy de tierras negras
de basaltos y aguamarinas
del himen del mar somnoliento
como una raíz encarnecida por la lluvia
como una estrella indeleble.

Soy agua y una cordillera de hematites
liviana y orilla, columna de heliotropos
soy un pilar y una costilla
una vasija fundida en lagares de ópalos
simiente de un ave emigrante
soy templada espada que combate incertidumbres

y grito con voz de nube.

Antiguo sortilegio
de bosques
tamizados por diosas de aguas.

Soy la voz
la voz atávica de un dragón
fuego y arcilla, lluvia, fin.

Soy la voz que cura y mata
que aplasta y eleva
la que maldice y honra
la voz que envenena y siembra
la que dirime y encarcela.

Soy código de luceros y amanecer de llantos
esfinge de universos y sueño de alquimistas
y soy la voz, y callo, y canto, y callo y grito
y soy la voz cuando amanece la vida.

Soy la voz de los sueños
soy eco muriendo de amor

y grito con voz de agua y de cenizas.




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Abril centáurea y astrofilita


Marisa León (Canarias)

lunes, 15 de junio de 2009


MIGUEL ÍÑIGUEZ

*
CARIÁTIDE EN LOS POLÍGONOS

Total: El acero
de los hombres del carbón y del acero
ensayan sus pómulos,
ensayan como amos, como agujas
mi-tu-todo en sus aristas

así de golpe
hombre de un solo día.

Qué digno temblor se escucha
entre los dedos
ruido delgado su tridente
dulce soberbia y soberanía
su arranque,
su hélice, su testa
galvanizada lo reverdece.

Qué ascesis técnica,
qué amables campanillas
son los cinceles
que sobre ellos se posaron

así negocian
así de golpe
a trueque negocian los místicos
yunta y parábola cerrando sus líquidos.

¿Cuándo la curva de vuelo
a sus clavos entrega?
Blindaje de especias
tañen sus órbitas; lindan

ensayan así de golpe
cual dúctil aurora
salto dialéctico en los polígonos.


Miguel Íñiguez

*****

ÁRBOLES CIUDADANOS

Rezaré la noche huidiza una vez más
con adagio de árboles ciudadanos
respirando esa lejanía,
que con sus últimos vehículos me añade
motor, también ruido de vigilia y asfalto
conectado a los hombres
para no volverles la espalda.

Sin saber por qué ha de venir
pasaje de angostura,
claroscuro creciente de luna,
sobre vidrios de advertencia
parabólica voz
posarse en los hombros.

Huelga de un tiempo de un espacio
con el brillo de los ojos; sus líneas,
una raíz cúbica una razón plástica
edificada,
entre gremios afables,
nuncio en la plaza y rumor de avenidas.

Rezo arquitectura
al pie de los vehículos
en la ciudad de las luces
conectado a los hombres.


Miguel Íñiguez

Su Blog:

Estación de acacias