martes, 9 de septiembre de 2008

ROSALÍA LINDE

*
MÁTAME

Mátame, si quieres violar el grito de las fauces,
que son más voraces que guturales,

mátame, con las sales de frutas que exhibes
por los claustros donde rezan las brujas,

mátame con el silencio de tu ganzúa
cuando se clava doblemente en el acerico,

mátame con el silbo de los vendavales
que anuncian la clausura de los vicios teatrales,

como tu postura, borrando la huella
de las verdades que se pintan con maquillaje:
los patios de vecinas y las modelos anoréxicas.

Mátame con siniestras voluntades
que se esconden tras la puerta espacio-temporal
de la suerte,

mátame con verbenas de olvido,

con algodón de azúcar y vueltas en la noria,

mátame con florituras en el principio
de nuestro encuentro, donde te beso en la entrepierna,

mátame con tu gusto por lo exquisito,

como una flor suave o la caterva de recuerdos
que yo llamo histrionismos,

cuando me clavas el puñal y yo fallezco en el delirio
de probar tu sangre, ¡oh, no! es mi sangre y tu dislate.
Ya muero... ya, al instante.


Rosalía Linde

*****

NADA

Hurtas a alegres bodas su vivo plenilunio
cuando la ofrenda
te devuelve un silencio
gélido y desvalido.
Irradiaste el diamante
en mil señales
del anillo lunar que digno, te subyuga.
Eres el ser celeste
que estrenó las tormentas en jornada de velo.
Los relojes renuncian
a saludarte
en mitades partidas por la cruel geometría,
de carta esférica.
Te vistes como talle
amaneceres
de féminas que venden sus sentimientos huérfanos,
oribes de la máquina
del testamento.
Hermosas visitantes
se tienden en los tálamos
de algas y líquen,
chispazos rojos
te secuestran del término,
gris balancín
para las damas.
Tu mano sideral
las tocó con escarcha en la punta del dedo.
Deseo, cartas
que la censura
ha emborronado
por la grafía
tan informal
de las estereotipias.
Tus lentes caen
delante de la testa deforme del engendro
que floreció
en aguas mansas
y tú le correspondes con besos en la frente,
con sabor a justicia,
a letras tipográficas
que se predicen
sin los pasos ocultos
para llegar
a tu dueña rendida
recia mujer
que sabe que la nada es suma de lo obsceno.


Rosalía Linde
Madrid - España

Ha publicado el poemario "Huesos de ángel".
Poesía: Rosalía Linde
Fotografía y diseño: Santiago Valverde.

Para comprarlo haga click aquí:

http://www.lulu.com/content/3113031

5 comentarios:

Rossana Hasson Arellano dijo...

Querida Rosalía, entre este delicioso MATAME, si hasta dan ganas de morir de este exquisito modo...je,je y luego ese NADA, que lo es todo, Uff!!
Un deleite
Te dejo un abrazo
Rossana

Rosalia Linde dijo...

Querida Rossana:

como siempre, te agradezco tus amables palabras. Es un placer tenerte como lectora. Gracias por todo. Besos.

Rosalía

Cristian Piné dijo...

Me han gustado muchísimo!!!
Tienes una gran técnica y una gran capacidad para hacer que los poemas emocionen.

Un abrazo.

Ana Muela Sopeña dijo...

Ya sabes que siento pasión por lo que escribes, Rosalía.

El primer poema es intenso, lleno de imágenes sorprendentes y nos acerca al límite del dolor y del placer. Placer y dolor suelen tener un umbral. Se encuentran en una línea contínua. Dicen que el amor auténtico participa del miedo (a perder al otro), del daño (si el otro no está), de la pena (cuando hay ausencia o no correspondencia). Posiblemente nuestros genes nos han dotado de esas estrategias para crear relaciones estables, ya que si no cada cuatro años cambiaríamos de pareja (o cada menos tiempo). Esta petición que haces de Mátame suena a ámame y no me dejes morir. Pero convertida en su opuesto...

El poema Nada tiene una estructura muy métrica. Tiene mucha cadencia y parece que habla a un semidios que es algo vampírico ya que se alimenta de todas esas mujeres que transitan la vida en orfandad. Un poema perfecto para meditar sobre las relaciones hombre mujer. Todo lo que tienen de constructivas y todo lo que tienen de destructivas. Pero además, si no existen esos elementos catárticos y transformadores nos quedamos igual y nos quejamos. Un poema que me ha llegado profundamente. No sólo por su mensaje sino por recordarme a una persona que conocí que se vestía de esa manera tan peculiar. O al menos así lo vi yo.

Un placer auténtico poder disfrutar de tus poemas, amiga poeta.

Un besito muy fuerte y enhorabuena
Ana

Rosalia Linde dijo...

Cristian:

me alegra que te gustasen tanto los poemas. Te agradezco tus palabras. Besos.

Rosalía